YO ME CUIDO: RUTINAS DE PIEL
martes, mayo 02, 2017Nuestra piel no sólo es reflejo de nuestra edad, también lo es de nuestro estado de salud, incluso de nuestro momento anímico.
Es nuestra primera barrera de protección ante cualquier
agente externo, actuando como defensa natural, y por tanto, tanto por aspecto
como por salud, debemos de cuidarla como un verdadero tesoro.
Dentro de nuestro reto “Yo me cuido”, queremos animaros a
cuidar de nuestra piel, no sólo la del rostro, sino la de todo nuestro cuerpo.
Como siempre, de forma sencilla y asequible, porque se trata de estar no sólo
guapa, sino también sana.
¿Cómo podemos conseguir una piel bonita y saludable?
ANTE TODO, LIMPIEZA
Por el hecho de ser nuestra primera barrera protectora,
sufre los efectos de la polución externa, no sólo la ambiental, sino la que
generan maquillajes y cosméticos.
Es fundamental limpiar la piel antes de acostarse, ya que
durante la noche la regeneración celular se acelera y debemos dejarla respirar.
Dependiendo del tipo de piel que tengas y lo perezosa que
seas, existen productos más adecuados para su limpieza, jabones, leches
limpiadoras, agua micelar, incluso toallitas desmaquillantes.
Una vez a la semana es recomendable hacer una limpieza más
profunda, utilizando algún tipo de exfoliante, mascarilla o incluso algún
cepillito eléctrico, ahora bastante en auge y con una gran variedad de precios,
que ayuda a limpiar la piel en mayor profundidad.
Nuestro tip: crea
una rutina nocturna. Al igual que dedicas unos minutos a la higiene dantal,
antes de acostarte, hazlo con tu piel. Limpia, tonifica e hidrata. Tu piel lo
agradecerá y notarás los cambios en muy pocos días.
HIDRATACIÓN
Nuestra epidermis necesita hidratación, es fundamental para
su bienestar.
Primordial, bebe al menos 1,5l de agua al día. La
hidratación de nuestro organismo es el primer paso para tener una piel
saludable. No hace falta que lo hagas de una vez, pero con algunos pequeños
trucos como ir bebiendo pequeñas cantidades durante el día, lo conseguirás sin
ningún esfuerzo.
Elige un producto hidratante acorde a las características y
de la edad de tu piel. Texturas ligeras y fluidas si tienes una piel joven con
tendencia producir grasa, o más densa y nutritiva si tu piel es más madura y es
más seca.
En cualquier caso, recomendamos un 2 pasos facilito, aplicar
primero un serum y después una cremita específica.
Nuestro tip: si
no tienes problemas de grasa ni granitos en la piel apuesta por los aceites
secos como serum. En tu farmacia puedes encontrar algunos de gran calidad y con
un precio muy razonable.
PROTECCIÓN
Al ser nuestra primera barrera de defensa, necesitamos
proteger la piel ante las agresiones externas, frío, contaminación y sobre
todo, el sol.
El sol, ese gran amigo que nos broncea y nos deja un aspecto
increíble, el que nos proporciona vitaminas y aminoácidos esenciales, también
es un gran enemigo de nuestra piel.
Protección solar diaria, da igual la estación del año, si
hay nubes, si nieva o si brilla radiante, el filtro UV es imprescindible.
En los meses de invierno podemos optar por un factor solar
más bajo, entre 15-25 SPF pero a partir de la primavera deberíamos elevarlo a
50 SPF o pantalla total.
Muchas cremas hidratantes ya contienen factor de protección,
apuesta por ellas en los meses de invierno y cuando el sol empiece ser más
intenso, no dudes en acabar tu rutina de hidratación aplicando un protector solar
alto.
Nuestro tip:
existen varias marcas en el mercado con diversas soluciones. Desde la
protección solar con color, que puede sustituir al maquillaje, hasta fluidos
muy ligeros para ser aplicados sobre la hidratante sin crear pesadez en la
piel.
Nos encantan los “sticks”
para llevar en el bolso, fáciles de aplicar en cualquier momento si has
olvidado ponerte protección antes de salir de casa.
ALIMENTACIÓN
Aunque este punto daría (y así lo haremos) para un post aparte, no
está de más recordar la máxima de que “Somos lo que comemos”, y por tanto
nuestros hábitos nutricionales influyen, y mucho, sobre el estado de nuestra
piel.
Di sí a las frutas, verduras, pescados ricos en Omega 3,
carnes magras, y destierra alimentos grasos, embutidos, bollería industrial y alcohol, ya que no son buenos aliados para la salud de tu
piel.
Nuestro tip:
además de mantener una alimentación sana y equilibrada, puedes optar por
algunos complementos alimenticios ricos en colágeno, omega 3, vitaminas y
minerales que ayudarán a mejor el estado de nuestra epidermis.
ADEMÁS DE LA PIEL DEL
ROSTRO
Aunque nos preocupamos mucho más por la piel de nuestro
rostro, la del resto del cuerpo también merece la misma atención.
Utiliza jabones con PH neutro, incluso apuesta por jabones
naturales para la limpieza de tu piel.
Exfolia una vez a la semana, también necesita ser liberada
de impurezas externas (polución, detergentes…etc.) e hidrata en profundidad a diario.
Pon especial atención a las manos, necesitan mucha más
nutrición que el resto de la piel, ya que sufren más agresiones que ninguna otra
parte de nuestro cuerpo, mantenlas hidratadas y nutridas.
Nuestro tip:
Utiliza exfoliantes corporales y e hidratantes “Bajo la ducha”, son tremendamente prácticos y evitas el momento “perezón”. En verano completa este
proceso con hidratación adicional, para ello te recomendamos lociones
fresquitas y fluidas, que te permitan vestirte rápidamente.
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